Amigo, amiga que estás pasando una situación horrible por motivo de los huaycos e inundaciones (o cualquier otra situación), te animo a que busques a tu buen Padre Celestial. Él puede cambiar esta situación completamente y hacer que de esto salgas bendecido (Romanos 8:28). Él no te está castigando ni quiere que aprendas algo de esto. ¡ÉL NO TE ENVIÓ ESTO! ¡Él es bueno! ¡Él te ama! El castigo de tus pecados (de todos tus pecados- pasados, presentes y futuros) fue sobre Jesús (Isaías 53:6, Colosenses 2:13). Tú no tienes por qué ser castigado nuevamente porque Jesús ya lo fue por ti.
Puedes acercarte confiadamente al trono de la Gracia de Dios para recibir gracia para el socorro que necesitas (Hebreos 4:16). Y sabes qué, ÉL no te ayudará con justo lo necesario, no te dará nada más para que pases con las justas y solo puedas sobrevivir. ¡NO! Él es poderoso para hacer mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos según el poder que actúa en nosotros (Efesios 3:20).
Esta desgracia no es el fin de tu vida. El diablo quiere que lo pienses así, que ya no hay esperanzas, que todo está perdido, que toda tu vida se vino abajo. Pero quiero que sepas que el diablo vino para matar, robar y destruir (Juan 10:10), y la manera que lo hace es mintiéndote para que no tomes la vida abundante que Jesús vino a traerte.
Hay mucha gente que estamos tanto orando como haciendo algo para ayudarte. ¡Y lo vamos a seguir haciendo! ¡No pararemos! Pero necesitamos que tú también ores para que nuestro Padre multiplique toda esta ayuda, y que milagrosamente y a través de otros medios, Él pueda bendecir abundantemente a más personas. A través de la alabanza y la oración, tu Padre Celestial sanará tu corazón y nuestra tierra.
Ojalá que este mensaje pueda llegar a aquellos que lo necesitan, y sea recibido.
"Levantaré mis ojos a los montes. ¿Dé dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra"
(Salmos 121:1-2).
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