jueves, 22 de junio de 2017

No Critiques a tu pareja. ¡Mejor halaga!


"Halaga a otros como te gustaría ser halagado." Así quedaría la Regla de Oro parafraseada.

¿A quién no le gusta recibir halagos? ¡Creo que a todos nos gusta! El problema es que normalmente recibimos y damos más críticas que halagos.

La mayoría se enfoca en la efectividad, y piensan que criticando, llamando la atención y únicamente señalando el problema, hace que el problema sea corregido. ¡Error!

El esposo se enfoca en el problema cuando le dice a su esposa: "¡Hasta cuándo vas a dejar de llegar tarde! ¡Ya me harté de que esté todo desordenado! ¡Solo paras exigiéndome cosas!", etc. Y la esposa se enfoca en el problema cuando le dice a su esposo: "¡Te paras olvidando lo que te digo! ¡Eres un bueno para nada! ¡No eres nada romántico!", etc.

¿Esos problemas son reales? Sí ¿Se tienen que solucionar? Sí. Pero esa no es la manera.

Quizás tu pareja es mala haciendo eso porque no es su habilidad natural, quizás nadie le enseñó, o quizás le falte motivación. Sea como sea, el resaltarle lo malo no lo ayudará mucho a cambiar.

Cuando resaltas con un plumón fosforescente alguna frase de un libro, ¿qué es lo primero que ves cuando abres el libro en esa página? ¡Lo primero que ves es lo que resaltaste! Pues lo mismo sucede con tu pareja. Si paras resaltando lo malo de él/ella, ¡lo primero que verás será lo malo! Pero, si resaltas lo bueno de él/ella, ¡lo primero que verás será lo bueno!

Entonces, si aprendes a enfocarte en lo bueno de la otra persona en lugar de solo en lo malo, y si luego resaltas eso bueno en lugar de resaltar lo malo, ¡pronto disfrutarás de un muy mejorado matrimonio!

¡Dile constantemente las cosas buenas que hace! ¡No esperes que logre una gran hazaña para recién resaltarlo! ¡RESÁLTALE LAS PEQUEÑAS COSAS QUE HACE BIEN DIARIAMENTE! ¡Esa es la mejor manera de ayudarlo(a) a cambiar!


"¡Qué rico cocinas! ¡Qué bien limpias! ¡Eres tan ordenado! ¡Me alegra que hayas llegado! ¡Qué bonita de te vez! ¡Me encanta verte jugar con los niños! ¡Gracias por estar a mi lado! ¡Eres un gran hombre! ¡Eres una gran mujer! ¡Gracias por el esfuerzo que haces por nosotros!", etc. Y si le dices estas cosas públicamente, ¡uy!, ¡prepárate para una buena recompensa!

Por supuesto que este principio también lo puedes aplicar con tus amistades, con tus empleados, compañeros de trabajo, etc. Acostúmbrate a agregar valor y vida a las personas con tus palabras. Haz que las personas se sientan bien a tu lado.

¡Espero te haya ayudado!

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    Aquí hay más enseñanzas para matrimonios que estoy seguro te bendecirán:
    • Un Matrimonio TOP: Tres simples consejos que sin duda llevarán tu matrimonio a nuevo nivel el cual disfrutarás bastante.
    • Cómo Hacer un Extracto: Te comparto la revelación que recibí sobre mi esposa la cual ha sido el ancla en la cual me baso y me sostengo.
    • No tengo Celos de ese Hombre: Mi esposa está viendo a otro hombre. ¡Conócelo!

    martes, 20 de junio de 2017

    Si amas a tu pareja, no exijas


    Si leemos: "El amor no exige. El amor da. Si alguien te exige que pruebes tu amor, esa persona no te ama", inmediatamente pensamos en el chico que manipula a su enamorada diciéndole que tenga relaciones sexuales con él si es que realmente lo ama. (Nota mental: ¡puñete para ese chico!)

    Aquí te doy algunas otras maneras de manipulación que pasan desapercibidas porque no es el caso más común, pero que también son maneras de exigir amor de pareja:
    - Si me amas, tenme lista la comida cuando llegue.
    - Si me amas, ten la casa ordenada.
    - Si me amas, salgamos juntos.
    - Si me amas, cómprame eso que quiero.
    - Si me amas, sé más romántico.
    - Si me amas, vístete como yo quiero.
    - Si me amas, vamos a la iglesia.
    - Si me amas, lee más tu Biblia.
    - Si me amas, etc.
    ¡Por qué no compartes otra manera de exigir amor que hayas visto!

    A VECES EXIGIMOS ESAS MUESTRAS DE AMOR DE MANERA INCONSCIENTE, es decir, no con nuestras palabras sino con nuestras actitudes: nos ponemos malhumorados, ofendidos, practicamos la ley del silencio, nos volvemos ásperos, rudos, etc., si es que fallan en darnos la muestra de su amor que esperamos.

    Como seguro te diste cuenta, no son cosas malas las que uno exige, y ese mismo hecho es el que hace que pensemos que tenemos la razón en exigirlas. Pero eso es un error. No porque sean cosas buenas, hace que el exigirlas sea bueno también.

    A los niños, hasta cierta edad, les puedes exigir que te obedezcan. Una vez que crecieron y quieren saber el por qué de las cosas, ¡es mejor que sepas explicárselas!

    Lee 1 Corintios 13:4-7 en todas las versiones que quieras, y te aseguro que no encontrarás nunca que diga: "El amor exige". Por el contrario, el versículo 5 dice: "El amor no busca lo suyo".

    ¿Qué hacer para que cambie esa persona entonces? Bueno, ¿qué le dirías al chico que le exige a su enamorada que se acueste con él para demostrar su amor? (¡además que se aleje de ella!) "Si realmente amas a esa chica, espera". Es decir, niégate a ti mismo por la otra persona.

    Renunciar a ese deseo por amor a tu pareja entregándoselo a tu Padre Celestial es la mejor forma que tú te liberes de esa constante insatisfacción en la que vives por no ver tu deseo hecho realidad. Cuando entiendas que tu felicidad debe basarse en que Dios está contigo y no en que tus deseos se hagan realidad, empezarás a vivir en libertad.

    Ese deseo de exigirle a tu pareja, si se lo entregas a tu Padre Celestial, Él lo puede calmar, aminorar, incluso puede quitar ese deseo de ti. Y no solo eso, sino que ¡Él te puede ayudar a amar de verdad porque Él es amor!

    Por supuesto que este principio lo puedes aplicar con tus amistades, compañeros, hijos, etc.

    Por qué no le compartes esto a alguien, ¡pero no para que cambie!, sino para decirle: "Mira, esto me hizo reflexionar. Le pediré ayuda a mi Padre Celestial para cambiar." 😉

    ¡Espero te haya ayudado! =)

    martes, 6 de junio de 2017

    ¡¿Por qué el Señor me la quitó?! - Asumiendo Responsabilidad

    "¿Por qué se fue y por qué murió? ¿Por qué me la quitó el Señor? Se ha ido al cielo y para poder ir yo debo también ser bueno para estar con mi amor?", dice la letra de una antigua canción. ¡Me gustaba cantarla!

    Existe ese pensamiento innato en el ser humano de responsabilizar a Dios por las cosas malas que suceden. Nadie nos enseña eso. Está ahí. Nacemos con ello.

    Como escuché decir al pastor Daniel Gutierrez el domingo pasado: "Cuando algo malo sucede, decimos: "¿Por qué Dios me envió esto?", pero cuando es algo bueno, decimos: "¡Qué bueno mi vecino que estuvo ahí!""

    Cuando recibimos la revelación de la gracia de Dios, Su favor inmerecido, ese pensamiento poco a poco es corregido. Eso me pasó a mí, y me di cuenta de ello cuando una vez, ya habiendo recibido la revelación de la gracia de Dios, escuché esa canción y, por primera vez, la analicé. Me di cuenta que el autor responsabiliza a Dios de haberle quitado a su enamorada cuando él mismo cuenta, previamente en la canción, ¡que fue su irresponsabilidad la tragedia que ocurrió!

    La letra va así: "Íbamos los dos al anochecer, oscurecía y no podía ver. Yo manejaba, iba a más de 100, prendí la luz para leer. Había un letrero de desviación, el cual pasamos sin precaución. Muy tarde fue y al frenar, el carro volcó y hasta el fondo fue a dar."

    ¡Y luego escribe: "¿Por qué el Señor me la quitó?"! ¡Por favor!

    Es común escuchar eso. Personas que se enferman porque no se cuidaron diciendo: "¿Por qué Dios me mandó esta enfermedad?" Personas que no administran responsablemente su dinero diciendo: "¿No sé por qué el Señor permite este tiempo de escasez?" Personas que no han invertido en su matrimonio diciendo: "Quizás Dios quiso que nos divorciemos".

    ¡Tu Padre Celestial es bueno! ¡No te engañes ni dejes engañar, todo lo bueno y perfecto viene de Él, porque así es Su voluntad: buena, agradable y perfecta! (Santiago 1:16-17, Romanos 12:2). ¡Tu Padre Celestial no es malo! Ya sea directa o indirectamente, eso bueno que recibiste, vino de Dios.

    Aprende a asumir responsabilidad por tus propias acciones. En lugar de decir que Dios fue el responsable, di: "Gracias Padre porque no me condenas. Yo me equivoqué, pero aun así no estás en contra mía, y me ayudas a salir de aquí."

    Si no reconoces que tuviste responsabilidad, lo más probable es que lo vuelvas a hacer ya que seguirás con el mismo mal proceder, y se convertirá en un círculo vicioso de cosas malas que te sucedan. No tiene nada malo de reconocer que te equivocaste. Si cometiste un error, ¡bienvenido al club! Si pecaste, ¡bienvenido al club! Recuerda que Jesús vino por pecadores, no por perfectos.

    Recuerda esto: TU PADRE CELESTIAL LE DA DE SU FAVOR INMERECIDO AL HUMILDE, al que no se cree perfecto, que no se equivocó, sino que reconoce su condición, pero confía que Él bendice inmerecidamente.


    jueves, 1 de junio de 2017

    Sin Temor a Malas Noticias

    "¿Qué pasará mañana?" Muchos se hacen esa pregunta. Es algo natural en el ser humano querer saber el futuro, sobre todo para saber si les irá bien o mal. La verdad es que no sabemos qué pasará mañana, pero los que confiamos en nuestro Padre Celestial, tenemos la certeza que Él estará con nosotros.

    Jesús nos dijo que cada día trae su propia preocupación y su propio mal (Mateo 6:34), y que en este mundo tendremos aflicción (Juan 16:33). Los noticieros son expertos en recordarnos eso todos los días. La FALTA DE SEGURIDAD en el mañana hace que pensemos que algo malo nos puede pasar en cualquier momento. Y no te quiero mentir, eso es verdad, algo malo nos puede pasar en cualquier momento. Los versículos que hice mención lo corroboran.

    PERO...

    ¡Gracias a nuestro Padre Celestial que ahí no acaba todo!

    Realmente, como dice mi pastor Robert, ¡cómo pueden vivir las personas de este mundo sin una esperanza en la cual aferrarse! A decir verdad, muchos no viven, porque vivir constantemente preocupados a lo que puede pasar mañana no es vida. Yo llamaría eso sobrevivir. Tu buen Padre Celestial no quiere que vivas así.

    La esperanza que tenemos y nos hace vivir confiados en el mañana esta: ¡NO ESTÁS SOLO! ¡TU PADRE CELESTIAL ESTÁ CONTIGO!

    ¡Aunque pases por valles de sombra de muerte, Él estará contigo para infundirte aliento! (Salmo 23). Él es tu Ayudador (Hebreos 13:6), tu Sanador (Isaías 53:4-5), tu Proveedor (Filipenses 4:19), tu Salvador (Isaías 43:3). Él no te envió eso malo, pero es poderoso para tornarlo en algo bueno para ti y para otros (Romanos 8:28, Génesis 50:20). Quizás no sepas cómo pueda suceder eso, pero la paz y la seguridad que experimentarás en medio de esa tormenta será tu confianza que así sucederá.

    Jesús dijo que el diablo viene para matar, robar y destruir, ¡pero que Él vino a traernos vida, y vida en abundancia! (Juan 10:10).

    No, no sabemos qué ocurrirá mañana, pero sí sabemos que nuestro Padre estará con nosotros. ¡Él no nos abandonará! Por eso, uno de mis Salmos favoritos es el 112 que dice que la persona que pone su mirada en Dios, su corazón está confiado y firme, sin temor a malas noticias.

    El mundo necesita algo de qué aferrarse. ¡Muéstrales el ANCLA que encontraste! (Hebreos 6:19).

    "Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz.
    En el mundo tendrán aflicción,
    pero confíen,
    Yo he vencido al mundo"
    Juan 16:33