viernes, 26 de mayo de 2017

Una Obra Maestra Oculta

El secreto del escultor es fijar su concentración en la obra que está dentro de la piedra. La mayoría de nosotros cuando vemos una roca vemos solo eso: una roca, un pedazo de materia sin mucho valor. Pero el escultor pudo ver una obra maestra encerrada dentro de un montón de piedra. ¿Qué es, entonces, esa obra maestra? Es solo lo que quedó después de deshacerse de todo lo que no dejaba verla. Se puede decir, desde cierto punto de vista, el escultor solo liberó la obra de las piedras que la ocultaban.


En tu vida hay una obra maestra prisionera por un montón de piedras. Hay muchas cosas en tu vida que no dejan que se "exhiba" la gran obra que eres. Dios dijo que eres Su obra maestra (Efesios 2:10, "hechura" = obra maestra en Griego). No tienes que crear una obra maestra de tu vida, ¡porque Jesús ya lo hizo por ti! Solo tienes que dejarte sacar por Él las cosas que no dejan verla.

El mal carácter, el enojo, la falta de perdón, falta de sonreír, una mentalidad pobre o mediocre, victimización, etc., son piedras que no dejan ver a la nueva criatura que Jesús creó en ti. Tu Padre Celestial es tu Escultor, y Él sacará todo eso de ti con Su gran amor y gracia, no con condenación y reglas sino amándote y bendiciéndote aun cuando no te lo mereces. Él lo hizo así aun desde el comienzo, y no ha cambiado Su estilo, porque cuando aun eras pecador (¡ya no lo eres por siacaso!, aun si pecas, ¡no lo eres! - pero eso lo vemos en otro blog 😛), ¡Cristo murió por ti! (Romanos 5:8). MIENTRAS MÁS TE LLENES DEL AMOR DE TU PADRE CELESTIAL, MÁS DE ESAS PIEDRAS SE IRÁN y así se podrá aquella obra de arte, esa Obra Maestra, creada en Cristo Jesús para buenas obras.

No tienes que forzar sonreír, porque las sonrisas están ahí dentro de ti. No tienes que forzarte a perdonar, porque el poder para perdonar está ahí dentro de ti. El amor, el gozo, la paz, la benignidad, la bondad, la fidelidad, la paciencia, la mansedumbre y la fuerza de voluntad crecerán como el fruto que es (Gálatas 5:22-23). El Espíritu Santo producirá ese fruto, no tú. Aprenderás que no es cuestión de dejar de hacer lo malo, sino de comenzar a hacer lo bueno, y lo bueno es llenarte del amor de tu Padre Celestial.

Así que, ¡llénate más del amor de tu Padre! ¡Llénate de la gracia de Jesús! ¡Aprende cuánto te ama! Llénate de Su Palabra, de su Presencia y se parte de una buena iglesia, y verás cómo te será más fácil cambiar esas cosas, y la Obra de Arte en ti será vista por todos, y ¡ellos serán bendecidos!

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