lunes, 22 de mayo de 2017

Actuando Honorablemente ante Dios

No creo que haya alguien que en su sano juicio diga: "No, yo no quiero que Dios me estime como honorable." Todos queremos que Dios diga sobre nosotros: "Jean Paul es digno de honor". ¡Tú pon tu nombre ahí!

¿Cuál es la manera entonces? Solamente recibiendo el sacrificio que Jesús hizo por nosotros. ¡No existe otra manera! Nunca podremos hacer algo tan grandioso como para que Dios diga: "¡Wow, mira lo que hizo él. Este sí es digno de honor!" Nunca podrás sorprender a Dios. Ni siquiera con el estilo de vida más santo que te puedas imaginar, no lo lograrás. Pero si has creído en Jesús, ya estás revestido de Él, así que cuando Dios te ve, Él sí dice: ¡Wow, mira lo que hizo Jesús. Este sí es digno de honor gracias a Jesús! 

En el Antiguo Testamento hubo una persona al que Dios se refirió como "honorable". Este fue Jabes (1 Crónicas 4:9-10). ¿Qué hizo Jabes? Simplemente pidió ser bendecido. Jabes significa tristeza o dolor, pero él rechazó vivir una vida así, rechazó lo que "el destino" le deparó. Él quiso ser bendecido. Esta fue su oración:

"Te ruego que me des tu bendición, que ensanches mi territorio, que tu mano esté conmigo y que me libres del mal, para que no me dañe".
1 Crónicas 9:10

¿Por qué Jabes fue considerado "honorable" si sólo pidió para sí mismo? ¿No debió ser considerado mejor como "egoísta"? Bajo una mentalidad basada en la Ley sí, es decir, una mentalidad donde te tienes que ganar el favor de Dios. Pero con una mentalidad basado en la gracia de Dios, en su Favor Inmerecido, nuestro Padre Celestial lo ve como honorable. Jabes se atrevió a pedir algo que no se merece: ser bendecido por Dios. Porque aun estando en el Antiguo Testamento, cuando Jesús no había muerto por sus pecados, Jabes pidió por aquello que nunca le fue prohibido. No tengo la menor duda que debió de haber habido muchísima gente que seguramente le dijo: "Tú no eres digno de pedirle a Dios que te bendiga, así que no lo hagas". Ellos pensaban según la Ley, y solo se atrevían a pedir algo que pensaban que sí se lo merecían. Pero Jabes no.

En Gálatas 3:17 dice que la Ley no anulaba la promesa de bendición de Dios. No creo que Jabes haya entendido esto, pero sí creo que se atrevió, contra todo pronóstico, a pedirle algo que sabía que no se merecía.

La palabra que se usa en 1 Crónicas 9:9 para "honorable" ("ilustre", en algunas Biblias), es la palabra hebrea Kabad, que quiere decir: pesado. Es decir, CUANDO LE PONES EL PESO QUE SE MERECE AL SACRIFICIO DE JESUS, DIOS TE VE COMO HONORABLE.

En Jeremías 32:40 dice que el pacto eterno que nuestro Padre hace con nosotros es que ¡NO DESISTIRÁ DE HACERNOS BIEN! Esto se cumple con Jesús. ¡Creer esto es darle peso a lo que Jesús hizo por nosotros!

Contrariamente al pensamiento religioso que dice que eres egoísta si sólo pides para ti, vemos que nuestro Padre Celestial piensa distinto.

¿Les estás pidiendo a tu Padre Celestial? ¿Te avergüenza pedirle por una casa, un auto, ir de viaje, tener dinero para tal cosa, etc, y solo te limitas a pedirle por sanidad para alguien, salvación de algún familiar o restauración de la vida de esa personas? ¿Piensas que pedirle para ti es ser egoísta y pedirle por otros te hace santo, y son esas las oraciones que tu Padre sí escucha? Si estás pensando de esa manera, estás equivocado. No estoy diciendo (porque siempre hay alguien que entiende algo que no se dijo) que no pidas por otro; lo que digo es que si te sientes mal por pedirle para ti, estás pensando según la Ley. Estás equivocado.

¿Quieres actuar honorablemente ante Dios? ¡Cree que eres digno de ser bendecido gracias a Jesús! ¡Atrévete a pedirle lo que no te mereces! ¡Atrévete a pedirle de su Favor INMERECIDO! Cuando tu Padre Celestial ve eso, Él piensa: "Aquí hay alguien que le pone más peso al sacrificio de Jesús que a sus propios sacrificios. ¡Él es honorable!"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario