sábado, 20 de enero de 2018

La visita del Papa Francisco


Queridos hermanos y hermanos en Cristo, se los digo con mucho cariño, si lo que vas a opinar ofende a otro, no lo digas por amor a esa persona.

Aprende a ver más allá de la fachada, y mira el corazón. ¿Qué hay en la fachada? En la fachada hay lo que la mayoría critica: que el Papa usa seguridad y carro blindado cuando Jesús no lo hizo, que se gasta millones en su visita, que se postran ante él, que no necesitamos mediadores para llegar a Jesús, que no se debe adorar a imágenes, etc.

Aprendamos a ver más allá de esas cosas por un bien mayor, al margen que estés en la razón o no. Y el bien mayor es el corazón de aquellos que a su manera están buscando a Dios. Ellos no tienen que cambiar para acercarse a Dios ni para ser amados por Él. Nuestro Padre los acepta tal y como son, como lo hizo con nosotros, con todos nuestros errores, y Él se encarga de cambiarnos, poniendo esa convicción y fuerza en nuestro corazón para empezar a dejar ciertas cosas. Y por si acaso, todavía sigue trabajando en eso en nosotros.

Nuestro trabajo no es cambiar a las personas, sino presentarle a Jesús PRINCIPALMENTE con nuestra vida. No sé en qué momento se hizo lo principal presentar a Jesús opinando en las redes, y peor aun, criticando.

Hay que darnos cuenta que cada vez que criticamos (aunque algunos se defienden diciendo: "¡hay que decir la verdad!, ¡no hay que quedarnos callados!", etc.), estamos derribando un puente entre Dios y esa persona. Y como dije, quizás tuviste razón en tu argumento, pero ¿de qué sirve si la persona no quiere acercarse a Dios por ello? Ellos te reconocerán como discípulo de Jesús cuando vean en ti amor,  y no un gran despliegue de conocimiento.

Cuando veo a tanta gente acercándose al Papa, yo no veo una sarta de idólatras, sino gente hambrienta por Jesús, y me da ganas de enseñar más, de prepararme más, de alcanzar a más.

La gente busca al Papa porque en él ven esperanza de recibir un milagro, una palabra de Dios, ánimo, que alguien le diga que no todo está perdido. ¿Qué te parece si dejas que tu Padre Celestial te use para que tú seas ese milagro a alguien más, para dar esa palabra que tanto necesita, ese abrazo o esa mirada? El mundo clamo por esperanza, no por argumentos. Deja que otros reciban de ti esa esperanza.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario