sábado, 29 de abril de 2017

No sigas confiando en la Política

En 1824, Simón Bolívar se quejaba en una carta de la corrupción de los políticos.


Hoy en día, 193 años después, no solo seguimos con el mismo problema, sino que estamos enfrentando quizás una de las peores crisis de corrupción de la historia del Perú: un expresidente encarcelado, uno con orden de captura y dos con serias complicaciones. Y eso sin mencionar la larguísima lista de casos de corrupción de funcionarios públicos. ¡Y esto solo de los que sabemos! !Y esto solo hablando del Perú!

Y algunos siguen confiando en la política...

Desde pequeño poco me ha interesado la política. No era mucho de ver las noticias en la TV. Se burlaban de mí por estar "despistado", "en otra", nunca al tanto de lo que pasaba. Mi mundo era la iglesia (¡no me arrepiento en nada!).

Desde hace algunos años me ha interesado un poco más, pero no al nivel de estar pendiente de cada asunto. Quizás lo suficiente como para conversar un poco de la actualidad nacional. Es cierto, siempre es bueno estar informado. Pero, la verdad, desde el fondo de mi corazón, ¡más paz tenía cuando no estaba enterado!

¡Hay gente que solo opina de política! Después de eso, ¡no tienen vida!; y la verdad, no envidio en nada sus vidas, porque veo la poca paz en la que viven. Y hasta cierto punto, el interés que muchos tienen en la política es debido a la morbosidad por el chisme, por el interés que por fin agarren a ese político ladrón, ver cómo se peleen en el congreso, etc.

La verdadera paz NUNCA te la podrá dar ningún sistema político, porque el problema no radica en la democracia, el comunismo, el socialismo, en la izquierda, en la derecha, en el capitalismo, el liberalismo, etc. El problema se encuentra en el corazón del hombre. Mientras el ser humano siga pensando en sí mismo nada más, sin importar cuál sea el sistema que se adopte, fallará.

El amarse a sí mismo nada más, el buscar lo suyo propio, el ser uno mismo el centro de todo, hace que cualquier sistema no funcione. Sea político, económico, social, familiar, empresarial, etc., fallará mientras no se busque el bien de otras personas.

Dios le dijo a Josué que se esfuerce y sea valiente porque él tenia que repartir la tierra al pueblo (Josué 1:6). Salomón pidió sabiduría para dirigir al pueblo de Dios (1 Reyes 3:9). El corazón de los que están en autoridad debería ser servir al pueblo. Mientras esto no suceda, el sistema que se use, fallará; habrá injusticia, violencia, pobreza y delincuencia.

La solución siempre ha sido y siempre será Jesús. Él es el único que puede tratar con el verdadero problema: el corazón del hombre. Él puede, con su amor y gracia, cambiar el corazón de piedra a uno de carne, es decir, de uno que solo piensa en sí mismo a uno que lo dé todo por los demás.

Quizás la falta de paz que tengas puede ser porque te llenas mucho de esas cosas. Recuerda, UNO ES DE LO QUE UNO SE ALIMENTA. ¿De qué te estás llenando? "No te quejes de lo que permites", dice un refrán. Es decir, en lugar de quejarte de que no eres feliz, empieza a llenarte de cosas que sí te hagan feliz. Y si eres uno de esos que lo primero y lo último que haces en el día es prender el TV para ver las noticias, pues no te sorprendas de la amargura, enojo y frustración que permites que crezcan en tu vida.

¡Llénate de las cosas de Dios! ¡Anda a una buena iglesia que predique de la gracia y amor de nuestro Padre y sé parte de ella! Jesús es el único que puede traerte la verdadera paz, gozo y vida abundante que buscabas.

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