Una noche, corrí a su cuarto porque empezó a llorar otra vez, y cuando me vio, me abrazó, y luego empezó a señalar asustado a una de las esquinas del cuarto. Cuando mi esposa y yo miramos a esa dirección, no veíamos nada, pero era obvio que él sí podía ver algo.
Nosotros oramos por muchas semanas hasta que un día le comenzamos a hablar acerca de la autoridad que Jesús le había dado. Sentíamos cómo Jesús le hablaba en ese momento. Le dijimos: "Hijito, Jesús ha vencido al diablo, él no tiene nada de poder ni autoridad sobre ti. ¡Tú le puede decir que se VAYA y botarlo de ese lugar porque tú tienes el poder de Jesús!"
La verdad no supimos cuánto nos entendió hasta que esa misma noche ya no nos despertamos porque lloraba o porque nos llamaba, sino porque escuchamos sus gritos que decían: "¡Vaya! ¡Vaya!" Nuestro hijito, a los dos años, estaba echando fuera al diablo de ese lugar.
(esta foto es cuando tenía 2 años)
Estoy seguro que la respuesta a nuestras oraciones por él fue que sentimos hablarle a Juan Esteban de la autoridad y poder que Jesús le dio. Nunca se me habría ocurrido hacer eso porque instintivamente yo me sentía responsable de defenderlo, sobre todo a esa edad, pero veo que nuestro Padre Celestial, quien lo ama y cuida mucho más que yo, quería defenderlo Él mismo. En lugar que Juan Esteban dependa de mí, mi Padre Celestial quería que dependa de Él.
Moraleja: Más que preocuparnos de cuidarlos todo el tiempo, mejor enseñémosle que el Todopoderoso, el Creador de todo, es su Padre y Él mismo los defiende.
¡Espero te haya ayudado!
Amén
ResponderBorrarDefinitivamente muy cierto...
ResponderBorrar=)
BorrarExcelente testimonio!
ResponderBorrargracias Suhey!
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