miércoles, 22 de noviembre de 2017

Sanidad Divina V - Si Dios quiere sanarme, ¿por qué no soy sano?

Muchos creen que Dios quiere sanar, pero se encierran en la pregunta: ¿Por qué no soy sano si Dios me quiere sanar? Pienso que la pregunta se les dificulta por:
- Asumir que si Dios quiere algo, entonces debe suceder sí o sí.
- Asumir que si Dios quiere algo, entonces Él tiene que hacerlo.

Si Dios quiere algo, ¿debe suceder de todas maneras?
Lamentablemente la respuesta es No. ¡Qué bueno sería que siempre la voluntad de nuestro Padre Celestial ocurriera!, pero no es así. Yo sé que has escuchado muchas veces cosas como: "No te preocupes, no te esfuerces, porque si Dios quiere, sucederá", pero recuerda esto siempre: No porque todo lo digan quiere decir que es verdad.

Hay muchas cosas que suceden que nuestro Padre no quiere que sucedan.
- La Biblia dice que no es la voluntad de Dios que alguien perezca (2 Pedro 3:9). ¿Eso sucede? No. Tristemente, mucha gente muere sin conocer a Dios.
- Si la voluntad De Dios siempre ocurre, ¿por qué Jesús nos enseñó pedirle a nuestro Padre que su voluntad se haga en la tierra (Mateo 6:10)? ¿No se supone que ya se está haciendo?
- TODAS las cosas malas que suceden en el mundo o que te hayan sucedido no ocurrieron porque Dios quería (las razones de por qué ocurrieron las hablaré en otro post 😀). Sé que muchas veces cosas buenas "salieron" de esas cosas malas, pero eso no es razón para concluir que Dios las envió para que esas cosas buenas "salgan". Tu Padre no te envía algo malo para que salga algo bueno. Eso no es Bíblico. Lo que sí encontramos en la Biblia es que tu Padre Celestial puede, si se lo permites, tornar eso malo en algo bueno.

Si Dios quiere algo, ¿Él tiene que hacerlo?
Con respecto a las bendiciones que queremos recibir de Él, nos corresponde a nosotros tomarlas (lee mis post "Cree que lo tomarás, y vendrá"). Nuestro Padre Celestial ya ha hecho todo lo que le tocaba hacer para bendecirnos, ahora nos toca a nosotros TOMAR lo que Él ya nos dio. La sanidad, como una más de sus bendiciones, no es la excepción.
- Si queremos salvación, debemos creer y seguir los pasos que Él nos dé para tomarla (en este caso es recibir a Jesús).
- Si queremos restauración matrimonial, debemos creer y seguir los pasos que Él nos dé para tomarla.
- Si queremos prosperidad, debemos creer y seguir los pasos que Él nos dé para tomarla.
- Si queremos victoria en algún área, debemos creer y seguir los pasos que Él nos dé para tomarla.
- Si queremos sanidad, debemos creer y seguir los pasos que Él nos dé para tomarla.
Normalmente esos pasos se encuentran en su Palabra en forma de promesas y principios, y también Él nos habla cosas específicas para situaciones específicas (por ejemplo, Dios te puede decir que llames a tal persona, que busques una segunda opinion de un médico, que sigas orando, etc.). Pero tanto sus promesas, principios como Su guía, nos corresponde a nosotros ejecutarla.

¡Tu Padre Celestial quiere sanarte! ¡No lo dudes! Él te ha provisto la manera para que consigas esa sanidad, y esa manera no es dolorosa ni sacrificada, sino que se gana creyéndole y usando las herramientas que Él nos dio: la oración, la confesión de Su Palabra, manteniéndote en Su Presencia y obedeciendo su guía.




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