miércoles, 18 de octubre de 2017

Soy un hombre rico

Ayer me hicieron una fiesta sorpresa por mi cumpleaños. ¡Realmente me sorprendieron! Pero en medio de la celebración, me di cuenta de algo: ¡soy un hombre rico!

Ver tantas muestras de cariño de las personas que tanto significan para mí, tanto en la fiesta como por mensajes o llamadas, fue lo máximo. Cuando llegué a casa, se me abrieron nuevamente los ojos algo muy simple: ¡tengo casa! Y luego, en mi corazón empecé a agradecer por todo lo que tengo: un lugar donde dormir, comida en mi refrigerador, ¡un refrigerador!, muebles, carro, trabajo, etc., y eso son solo las cosas materiales.

Lo que realmente llena vida es el privilegio de poder compartir mi vida con personas de tan buen corazón los cuales tengo como compañeros, amigos y familia, tanto cercanos como en otros países, de lo que constantemente aprendo y puedo ver el amor de Dios en cada uno de ellos.

De cada uno de ellos podría decir cuán bendecido fui y hay algunas historias que contar, pero si lo hiciera, sería tan largo que ¡no leerías el blog! jajaja. Fuera de bromas, sólo quiero destacar a una persona: a mi Ceci, mi amorcito.

Amorcito, ¡gracias por amarme y estar a mi lado! Me das tantas razones para estar agradecido por tenerte que la verdad no sé por donde comenzar. No solo me enamora tu corazón, sino que también me reta a ser igual que tú. Todos los días me inspiras y me retas a ser mejor. Con tu ejemplo sabes sacar lo mejor de mí. Crees en mí a pesar que te he dado motivos para no hacerlo. Eres bella mi amor.

Romanos 5:8 dice que nuestro Padre Celestial nos amó a pesar de que éramos pecadores. Mi amorcito, tú eres la persona que me muestra diariamente ese amor de mi Padre, porque después de Él, nadie me conoce mejor que tú, y pesar de ello, me sigues amando.

Soy el hombre más rico del mundo por tenerte a ti, la más preciosa posesión de mi Padre Celestial.

































No hay comentarios.:

Publicar un comentario